Retablos

El retablo mayor de la parroquia es, sin duda, anterior a la fecha de conclusión del templo; debió hacerse a principios del siglo XVIII y, finalizando esta centuria, se trajo a Palenciana y se modificó para adaptarlo a la cabecera de la iglesia. Consta de un cuerpo, cuyas tres calles están separadas por columnas salomónicas, y ático con estípites. En el manifestador, que es de gusto clásico y añadido al retablo, hay una bella imagen de San Miguel, titular del templo. El resto de su imaginería está compuesto por la Trinidad, que corona el conjunto, es moderna y de serie, y las efigies de la Virgen del Rosario y San Pedro, en las hornacinas de las calles laterales.

Retablo Mayor Nuestra Señora del Carmen

En las últimas décadas del Setecientos, tras concluirse las obras de la iglesia, se erigieron cuatro retablos: dos presidiendo las naves laterales y otros dos contiguos a los primeros, pero en los muros que flanquean el templo. Uno de ellos, el que antecede al camarín de la Virgen del Carmen, fue sustituido en los años cuarenta de nuestro siglo. Los tres que se conservan son de gustoneoclásico y, con el mayor, los más interesantes de la iglesia. De ellos, destaca por su elegancia el de la Virgen de Araceli, que es el más antiguo; los otros, presididos por San José y el Nazareno, son casi gemelos e incluyen en sus áticos respectivos sendas imágenes de San Cristóbal y San Juan Bautista.

Retablo Mayor Nuestra Señora del Carmen

Adosados a los muros laterales del templo hay otro grupo de pequeños altares, también neoclásicos pero realizados ya a lo largo del siglo XIX, a los que se les han realizado sucesivos repintes; es el caso de los dedicados a la Soledad, San Antonio, la Dolorosa y las Ánimas del Purgatorio.

La retablística de nuestro siglo está representada por los altares de la Inmaculada, el Sagrado Corazón y la Virgen del Carmen. El primero es neogótico y se hizo hacia 1930; los otros, de abolengo clásico, se levantaron hacia 1945.

Imágenes

En cuanto a las imágenes, las dos piezas señeras de Palenciana son las efigies de San Miguel y San José, ambas de la segunda mitad del Setecientos y relacionables con el círculo antequerano. Le sigue en interés la imagen del Nazareno, donada a principios del siglo XIX, que presenta la particularidad de estar anatomizada y articulada para acomodarla a rememorar diferentes momentos de la Pasión. De carácter más popular es la talla de Cristo yacente, también articulada para utilizarla en el Descendimiento. Los candeleros de la Soledad y la Virgen de los Dolores debieron hacerse hacia 1830 y acusan la serenidad que introdujo el academicismo en la imaginería pasionista. Igualmente de la primera mitad del siglo pasado son otras imágenes marianas, asimismo de vestir, como la Virgen de Araceli y Nuestra Señora del Carmen.

Imágen de San Miguel

Entre las imágenes que guarda la iglesia parroquial de Palenciana destaca este San Miguel que preside su retablo mayor, talla fechable en la segunda mitad del siglo XVIII, de posible origen antequerano.

En la casa donde estuvo el convento de las Filipensas hemos visto una efigie de San Antonio de Padua, perteneciente a la parroquia, que, como la mayoría de las imágenes de Palenciana, es de la pasada centuria; en su peana consta que la donó doña Isabel Doblas en 1834. La imaginería de nuestro siglo carece de interés; sólo merece reseñarse la efigie de la Inmaculada, que es obra de hacia 1930.

Pintura

Cabe destacar el Crucificado de influencia flamenca, tradicionalmente atribuido al pintor italiano Corregio o a su escuela, preside hoy la capilla bautismal de la iglesia de San Miguel un monumental lienzo enmarcado en  singular moldura que muestra a Cristo crucificado, representado con los brazos en vertical, en vez de seguir la horizontalidad del tramo superior del patíbulo, como comúnmente se imaginó.

Sigue con ello un modelo iconográfico de influencia flamenca nacido de las diferentes versiones realizadas, entre otros, por artistas como Rubens, que gozó de alguna aceptación en la pintura andaluza, especialmente en Granada durante más del siglo y medio en que bebió del magisterio de Alonso Cano. Podría tratarse de una obra debida a su escuela, realizada a partir del segundo cuarto del siglo XVII.

Recientemente, al efectuar labores de encalado en el templo, se descubrieron vestigios de pinturas murales en las pechinas de la cúpula del crucero, que posiblemente daten de la época en que se construyó el edificio.

Completa el repertorio pictórico de la parroquia un segundo lienzo situado en el retablo de las Ánimas, a los pies del templo, que representa a la Virgen del Carmen con las Ánimas del Purgatorio y fue realizado por Rafael Díaz Peno en 1943.

Este Crucificado que preside hoy la capilla bautismal revela influencia flamenca en la forma de representar sus brazos en posición vertical, en lugar de horizontal, más común en la iconografía pasionista.

Crucificado